Rocksteady se enfrenta a más despidos tras el decepcionante desempeño de Suicide Squad
Rocksteady Studios, conocido por la aclamada serie Batman: Arkham, ha experimentado otra ola de despidos, tras la decepcionante recepción y ventas de su último título, Suicide Squad: Kill the Justice League. Las críticas mixtas del juego y el contenido divisivo posterior al lanzamiento provocaron importantes reveses financieros tanto para Rocksteady como para su empresa matriz, WB Games.
Esta última ronda de recortes de empleo, informada por Eurogamer, afecta a varios departamentos, incluidos los equipos de programación y arte, lo que se suma a los despidos de septiembre informados anteriormente que redujeron a la mitad el personal de control de calidad del estudio. Los empleados afectados, que hablan de forma anónima para proteger sus perspectivas laborales, confirman las recientes reducciones. Warner Bros. guarda silencio sobre estos acontecimientos, reflejando su respuesta a las reducciones de personal anteriores.
Las repercusiones financieras del bajo rendimiento de Suicide Squad: Kill the Justice League son evidentes. Warner Bros. reconoció que el juego no cumplió con las expectativas de ventas a principios de este año. Estos despidos no se limitan a Rocksteady; WB Games Montreal, el estudio detrás de Gotham Knights, también informó despidos en diciembre, en parte atribuidos a su apoyo al contenido posterior al lanzamiento de Suicide Squad.
El DLC final de Suicide Squad: Kill the Justice League, lanzado el 10 de diciembre, introdujo a Deathstroke como personaje jugable. Si bien está prevista una actualización final para finales de este mes, el futuro de Rocksteady sigue siendo incierto. El fracaso comercial del juego ensombrece el impresionante historial del estudio, destacando los importantes desafíos que enfrentan los títulos de servicio en vivo.